Castril Parque natural de Granada con un castillo de 1.000 años de historia

¿Qué debemos ver o visitar del pueblo de Castril? ¿cuál es la historia de este pueblo? Este pueblo del norte de la provincia de Granada, además de ser amable para viajar y moverse con niños, tiene un importante valor cultural, histórico y natural.
Hace unos días estuvimos dando un paseo por Castril (Granada), su peña o castillo y su pasarela colgante ubicada en el Sendero de la Cerrada con unos amigos. Se llevaron una grata sorpresa ya que no conocían esta zona, quedando impresionado por el pueblo de Castril y su historia. No es de extrañar que este pueblo haya sido candidato a ser uno de los más bonitos de España.
Es por esto que vamos a hablar sobre el pueblo de Castril, municipio del norte de la provincia de Granada. Ubicado en la falda de una escarpada peña, lindando con la Sierra de Cazorla y perteneciente a la comarca de Huéscar.
El río que pasa por Lisboa no se llama Lisboa, se llama Tajo, el río que pasa por Roma no se llama Roma, se llama Tíber, y aquel otro que pasa por Sevilla tampoco se llama Sevilla, se llama Guadalquivir… Pero el río que pasa por Castril, ése, se llama Castril.
En el epicentro de esta localidad pintoresca se alza el Castillo, una antigua fortaleza del siglo XI de orígenes nazarí y testigo de varios conflictos que lo han puesto en peligro a lo largo de su historia.
Entorno natural: la Sierra y el río Castril
La zona que rodea a Castril es ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo. La Sierra de Castril es un parque natural que se encuentra muy cerca y ofrece rutas de senderismo y paisajes impresionantes, con cascadas, cuevas y desfiladeros.
En la Sierra Seca se encuentra la Cueva del Muerto, en la que se pueden apreciar numerosas estalactitas y estalagmitas, y la Cueva de Don Fernando, la más profunda de toda la provincia granadina y apreciada por los aficionados a la espeleología. Además, dentro de su término municipal, el río Castril recorre de norte a sur estas sierras, entre cañones, cascadas y simas.
La orografía del parque natural comprende la cabecera del río Castril, según la orientación noreste del río, marcado por la Sierra de Castril, al oeste, y Sierra Seca, al este, hasta las cercanías del municipio del mismo nombre.
La abundancia de rocas duras (calizas y dolomías), principalmente desarrollado en la Sierra de Castril y Sierra Seca, origina el desarrollo del modelado kárstico, manifestándose en gran variedad de sus formas (dolinas, grutas, galerías, lapiaces, simas, uvalas...). Derivado de esta morfología existen gran cantidad de fuentes y manantiales que originan las principales corrientes de aguas superficiales, dando lugar al régimen fluvial tan característico del Parque.
El río Castril y el Sendero de la Cerrada
También conocida como la "Pasarela del Río Castril" o "Pasarela del Cerrillo", es una espectacular estructura muy interasante para los visitantes que desean explorar el entorno natural de la zona. Esta pasarela colgante es uno de los atractivos turísticos más destacados de Castril y se ha convertido en un lugar emblemático para los amantes del senderismo y la naturaleza.
Buscando el cauce del río Castril nos encontramos con el Parque de la Arboleda Perdida. Aquí comienza un paseo entre vegetación que a continuación enlaza con el Sendero de la Cerrada también conocido como la Pasarela Colgante.
Al comenzar a andar por la pasarela, te encontrarás con la Fábrica de la Luz, una antigua central hidroeléctrica que funcionaba con la fuerza del cauce del río Castril y que actualmente se usa como salón de actos para exposiciones, talleres, conciertos o conferencias.
La pasarela está anclada a las paredes de roca escarpada que la erosión del agua ha ido dibujando con el paso de los años. Mientras vas avanzando te encuentras con diferentes desniveles que se alternan con caminos de tierra que bordean el río.
La estructura de la pasarela se integra de manera armoniosa con el entorno natural, respetando la fragilidad del ecosistema del parque y protegiendo la biodiversidad local. A medida que avanzamos por la pasarela, se encuentran rodeados de imponentes paredes rocosas y pueden ver el río Castril fluyendo bajo sus pies, en ocasiones creando pequeñas cascadas y pozas.
Si quedas impresionado con la zona del Sendero de la Cerrada, como hemos comentado anteriormente, no es la única zona de naturaleza de Castril. Si eres visitante y dispones de tiempo, es recomendable visitar tanto la Cueva del Muerto, una impresionante cueva con estalactitas y estalagmitas y la Cascada de Castril, una hermosa caída de agua con espectáculo visual incluido.
Historia del Castillo de Castril
La historia de Castril se entrelaza con la de Al-Andalus, cuando la Península Ibérica estuvo bajo el dominio musulmán. En tiempos remotos, la región en la que ahora se asienta Castril fue una posición estratégica en la frontera del reino nazarí de Granada, protegiendo sus tierras y poblaciones de posibles invasiones cristianas.
Durante la dominación musulmana se convirtió en una ciudad fortificada y fue bautizada como Hisn (‘castillo’) de Qastal. Al-Zuhri, geógrafo granadino, la describe como "una fortaleza en cuyo patio había una gran piedra lisa de la que brotaba tal cantidad de agua que podría mover ocho piedras de molino".
Una fortaleza en cuyo patio había una gran piedra lisa de la que brotaba tal cantidad de agua que podría mover ocho piedras de molino
Se estima que el Castillo de Castril comenzó a construirse entre el siglo XI y XII, durante la época de la dinastía nazarí. Su ubicación privilegiada en un cerro rocoso proporcionaba una visión panorámica de los alrededores, permitiendo a sus guardianes detectar cualquier movimiento sospechoso y responder rápidamente a cualquier amenaza.
El castillo conserva elementos importantes como: tres recintos, murallas, torres (una de ellas semicircular), baluarte y aljibe. Los recintos que componen la fortificación están adaptados a la topografía y definidos por muros y bastiones de los que actualmente quedan pocos restos.
La fortaleza está constituida por dos niveles diferentes. El superior estuvo dedicado al ámbito militar. Hoy dia se puede distinguir la parte destinada a la nobleza y la parte destinada al ejército. La parte inferior fue destinada a la población civil. Distintas torres servían de protección y de puesto de vigilancia ante posibles ataques.
La Reconquista y la Conquista Cristiana
En el siglo XIII, la Reconquista cristiana estaba en marcha en la Península Ibérica, y los reinos cristianos buscaban recuperar los territorios controlados por los musulmanes. A mediados de siglo, tras la conquista cristiana de Murcia, se fija la frontera con el reino nazarí de Granada quedando protegida por los musulmanes mediante una sucesión de fortificaciones para control de la región, siendo la de Castril fundamental como bastión defensivo. En 1243, tras la firma del Tratado de Alcaraz, Castril y su castillo fueron entregados al Reino de Castilla, marcando un hito en la historia de la región. Más tarde, en el año 1288, pasó a dominio de la Orden de Santiago que tiempo después volvía a ser de dominio musulmán. No será hasta el año 1488 que Castril, en manos musulmanas, se rendirá definitivamente y pasará al dominio del Reino de Castilla.
Tras la rendición definitiva, los Reyes Católicos entregaron a su secretario, Hernando de Zafra (1444 - 1507) el territorio y señorío de Castril. Este se encargó de las negociaciones de la rendición y entrega pacífica de varios puntos importantes de la región. Hernando se había convertido en un importante aristócrata fuertemente vinculado a la oligarquía cristiana que se estableció en el reino de Granada.
La conquista cristiana trajo consigo una serie de cambios a Castril y su castillo. La fortaleza pasó a formar parte del sistema defensivo cristiano, y el castillo experimentó modificaciones para adecuarse a las nuevas necesidades militares y gubernamentales.
Siglo XIX: Invasión napoleónica y Guerras Carlistas
En el siglo XIX se convirtió en escenario de importantes conflictos y enfrentamientos, tanto durante la Invasión Napoleónica, los franceses incendiaron el pueblo en 1810, como en las Guerras Carlistas, disputándose en su término municipal la Batalla del Llano de los Tubos en 1838.
Guerra de la Independencia e invasión napoleónica
La invasión del ejército napoleónico causó estragos en Castril por tres motivos principales:
- Por el duro asedio a la que fue sometida durante mucho tiempo
- Por la confiscación y ruina de su economía con la ocupación francesa
- Por la destrucción de edificios y archivos a manos del ejercito
Tras la victoria de las tropas españolas en la Batalla de Bailén el 19 de julio de 1808, la situación de la guerra cambió y se recrudeció en contra de la población civil española. El ejército francés oprimió en gran manera a la población española, y aún más a aquellas personas o villas que apoyaban a las guerrillas que luchaban contra el invasor.
En ese ámbito, los habitantes de Castril, de Cazorla y otros municipios de la región sufrieron múltiples penurias y daños durante la guerra. La estancia de las tropas francesas en Castril se prolongó desde 1810 a 1812, pero los daños ocasionados perduran hasta la actualidad.
El ejército francés exigía a los habitantes de Castril, Cazorla y las villas vecinas grandes contribuciones para la guerra, que, ante la negativa de los habitantes por la escasez y la miseria por los conflictos anteriores, llevaron al ejército invasor a perpetrar incendios, robos y muertes.
Está documentado que durante ese periodo vivían en Castril 439 vecinos, que fueron los que sufrieron la guerra y al ejército francés. Andrés Gea Arias (1932-1996), quizá la persona que mejor documentó estos acontecimientos lo describía como "el pueblo al que fue humillado su honor y sus bienes robados e incautados, por lo que el pueblo, llevado de sus sentimientos patrióticos, quiso defender su libertad y no someterse al ejército invasor".
Andrés Gea Arias, añade "las consecuencias de esa desastrosa guerra que dejó esquilmadas las arcas municipales y arruinadas las haciendas particulares, y las que nos dicen cómo a aquellos antecesores nuestros les tocó vivir la tragedia de esa guerra". Estos escritos son de por sí interesantes por concienciarnos del gran desastre, ruina y miseria durante varios años al pueblo de Castril, como se deduce de la lectura de tales actas.
Las consecuencias de esa desastrosa guerra que dejó esquilmadas las arcas municipales y arruinadas las haciendas particulares, y las que nos dicen cómo a aquellos antecesores nuestros les tocó vivir la tragedia de esa guerra
Ante estos acontecimientos, el pueblo de Castril opuso resistencia. Tanta, que llegó a llamar la atención del ejército francés que reunió fuerzas y, por cuatro puntos distintos, atacó con saña al pueblo de Castril, muriendo muchos vecinos y otros muchos trasladandose a la Sierra.
El pueblo fue incendiado casi en su totalidad. Los restos de este incendio aún se pueden apreciar en la Puerta del Sol de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, cuyo artesonado mudéjar no resistió el incendio y se vino abajo, quedando únicamente sus muros en pie.
Si quieres ver más información sobre este asunto, puedes leer el documento La Guerra de la Independecia y sus consecuencias en la villa de Castril de Andrés Gea Arias.
Guerras Carlistas
Sin casi haberse repuesto de la invasión del ejercito de Napoleón, Castril volvió a verse envuelta en mas disputas durante la Primera Guerra Carlista. Enmarcada en la conocida como Tercera Expedición de Basilio García fueron derrotados en la conocida como Batalla del Llano de los Tubos los expedicionarios navarros al mando de D. Basilio, así como cuatro batallones mas, al mando del brigadier Tallada, que les había cedido el general Cabrera, pudiendo escapar D. Basilio como Tallada en direcciones distintas.
El Resurgimiento del Castillo de Castril
Por todo ello, en los siglos XIX y XX, tanto Castril como el Castillo de Castril quedó en estado de ruina y abandono. El descuido amenazaba la integridad de esta joya histórica, que había sido testigo de tantos momentos cruciales en la historia de la región. Sin embargo, afortunadamente, los esfuerzos de conservación y restauración se pusieron en marcha a partir de la década de los 70. Durante esta década se incorporaron algunos añadidos y restauraciones que no respetaron la traza original, desvirtuando la imagen de la fortificación. La adaptación de las estructuras defensivas a la roca o promontorio en la que se asientan es habitual en las construcciones militares.
La restauración, finalizada en 2013, sacó a luz los diferentes elementos, comentados anteriormente, que constituían la fortaleza: aljibes, la mezquita, torres, murallas, canalizaciones, empedrado, adarve, escaleras y estancias.
La restauración del Castillo de Castril ha sido una labor minuciosa y apasionante. Los arqueólogos, arquitectos y expertos en patrimonio trabajaron arduamente para devolver el antiguo esplendor al castillo, conservando su esencia y autenticidad histórica.
Hoy en día, el Castillo de Castril se alza como un testimonio de la historia del municipio, atrayendo a visitantes locales e internacionales que buscan descubrir la grandeza del pasado de este pintoresco pueblo andaluz. Las ruinas y los restos arqueológicos son una ventana al pasado, y sus muros nos cuentan historias de batallas, convivencia y evolución.
Castril, el pueblo
En el pueblo quedan restos de murallas y torres de la época árabe. También se conserva parte de un puente romano construido hace unos dos mil años. De sus callejuelas sobresale la iglesia, conocida como la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, con dos portadas del siglo XVI y XVII.
La Iglesia de Castril tiene sus raíces en la época de la dominación musulmana en la Península Ibérica. Antes de la conquista cristiana, en el mismo lugar donde hoy se levanta la iglesia, existía una mezquita, que, como ocurrió en muchos otros lugares de la península, fue posteriormente reemplazada por una iglesia cristiana después de la Reconquista.
En el interior, la iglesia alberga una rica colección de arte religioso. Entre sus elementos más destacados se encuentra el retablo mayor, una magnífica obra de arte barroco que data del siglo XVIII y que está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, patrona de Castril. Este retablo presenta esculturas y pinturas representando escenas religiosas y figuras sagradas, mostrando la maestría de los artistas de la época.