La niebla es un fenómeno meteorológico bastante común en muchos lugares del planeta. A lo largo de la historia este fenómeno ha transcendido lo científico para usarse como elemento de misterio, confusión o terror tanto en el cine como en la literatura.

La niebla es asociada comúnmente a la suspensión de partículas de agua, es decir, una nube muy baja, ya que la encontramos a nivel del suelo, y que dificulta la visibilidad. Esta definición es correcta cuando hablamos del fenómeno meteorológico, aunque el término niebla también se puede emplear para cualquier partícula en suspensión convertida en un gas.

Término general referido a la suspensión de gotas pequeñas en un gas. En meteorología, se refiere a la suspensión de gotas pequeñas de agua que producen una visibilidad menor a 1 km.

Wikipedia

Sin embargo, esta definición se acordó internacionalmente con un fin particular, la aviación. Para el caso de las previsiones meteorológicas para el público general, cuando se usa el término niebla suele hacer referencia a una visibilidad inferior a 180 metros.

Fenómenos meteorológicos similares

Neblina

Se define como neblina al mismo fenómeno meteorológico de la niebla pero con una visibilidad asociada igual o superior a un kilómetro y con una humedad relativa superior al 70%. Al igual que la niebla, la neblina sigue siendo el resultado de la suspensión de gotas de agua, pero simplemente con una densidad menor. Por lo general, la neblina se disipa más rápido y puede desaparecer rápidamente incluso con vientos leves; también es lo que ves cuando puedes ver tu aliento en un día frío.

Bruma

La bruma es una forma diferente de llamar a la neblina. Este término es empleado para referirse a la niebla formada sobre el agua del mar, compartiendo las mismas características ya comentadas en la neblina.

Niebla costera

La niebla costera se refiere a la aparición de niebla sobre las zonas de costa, que suele ocurrir en primavera y verano. Esta suele ser el resultado de la niebla de advección que se forma cuando aire relativamente cálido y húmedo pasa sobre una superficie fría. Cuando esto sucede, el aire frío justo encima de la superficie del mar enfría el aire cálido que se encuentra encima hasta que ya no puede retener su humedad. Esto obliga al aire caliente a condensarse, formando pequeñas partículas de agua que forman la niebla que vemos.

El impacto, la ubicación y el movimiento de la niebla costera dependen de una serie de condiciones, incluida la fuerza y ​​dirección del viento y la temperatura de la tierra. Si los vientos soplan desde el este, la niebla a menudo cubrirá rápidamente la costa con un manto de niebla. Si la temperatura de la tierra es cálida, la niebla puede disiparse rápidamente a medida que la masa de aire se calienta. Sin embargo, si la temperatura de la tierra es más fría, la niebla puede permanecer por más tiempo.

Calima

Un tercer término que quizás también escuches mencionar es calima. Este es un fenómeno ligeramente diferente ya que es una suspensión de partículas secas extremadamente pequeñas en el aire. En este caso no son de gotas de agua, más bien suele estar formado por polvo, arena, cenizas y otros materiales.

Estas partículas son invisibles a simple vista, pero en cantidades suficientes para dar al aire un aspecto opalescente. En ocasiones, estas partículas contribuyen a dar al cielo un color rojizo, más visible al amanecer o al atardecer.

¿Cuáles son los tipos de niebla más comunes?

Las nieblas que se componen principalmente de gotas de agua se clasifican generalmente según el proceso físico que produce la saturación o casi saturación del aire.

Niebla de radiación

La niebla de radiación suele aparecer en invierno, ayudada por cielos despejados y condiciones de calma. El enfriamiento de la tierra durante la noche mediante radiación térmica enfría el aire cerca de la superficie. Esto reduce la capacidad del aire para retener la humedad, lo que permite que se produzca condensación y niebla. La niebla de radiación generalmente se disipa poco después del amanecer a medida que el suelo se calienta. Una excepción a esto puede ser en áreas de gran elevación donde el Sol tiene poca influencia en el calentamiento de la superficie.

Niebla del valle

La niebla de valle se forma cuando el aire frío y denso se asienta en las partes bajas de un valle, condensándose y formando niebla. A menudo es el resultado de una inversión de temperatura, con aire más cálido pasando sobre el valle. La niebla del valle está confinada a la topografía local y puede durar varios días en condiciones de calma durante el invierno.

Niebla de advección

La niebla de advección se produce cuando el aire cálido y húmedo pasa sobre una superficie más fría y se enfría. Un ejemplo común de esto es cuando un frente cálido pasa sobre un área cubierta de nieve. También es común en el mar cuando el aire tropical húmedo se mueve sobre aguas más frías. Si el viento sopla en la dirección correcta, la niebla marina puede ser transportada sobre las zonas costeras.

Niebla de colina

La niebla ascendente o de colina se forma cuando los vientos empujan el aire hacia una pendiente (lo que se denomina levantamiento orográfico). El aire se enfría a medida que asciende, lo que permite que la humedad se condense.

Niebla de evaporación

La niebla de evaporación es causada por el aire frío que pasa sobre agua más cálida o tierra húmeda. A menudo provoca niebla helada o, a veces, escarcha. Cuando parte del agua relativamente cálida se evapora en capas bajas de aire, calienta el aire, lo que hace que se eleve y se mezcle con el aire más frío que ha pasado sobre la superficie. El aire cálido y húmedo se enfría al mezclarse con el aire más frío, lo que permite que se produzca condensación y niebla.

La niebla de evaporación puede ser una de las formas de niebla más localizadas. Puede suceder cuando:

  • El aire frío se mueve sobre piscinas climatizadas al aire libre o jacuzzis, donde se forma fácilmente niebla de vapor.
  • Los frentes fríos o masas de aire frío se mueven sobre mares cálidos. Esto suele ocurrir en otoño, cuando la temperatura del mar sigue siendo relativamente cálida después del verano, pero el aire ya empieza a enfriarse.

La niebla en el arte, la literatura y el cine

La niebla es un elemento que ha sido utilizado de diversas maneras a lo largo de la historia en distintas disciplinas artísticas. Por ejemplo, la niebla se utiliza frecuentemente como un símbolo en la literatura representando la confusión, la incertidumbre o la falta de claridad en la mente de los personajes, o lo desconocido o lo oculto, creando un sentido de misterio en la historia, incluso como dispositivo para introducir elementos fantásticos o misteriosos en la trama.

También es utilizada para crear una atmósfera específica en muchas obras literarias. Puede contribuir a la sensación de opresión, soledad o aislamiento, o para establecer el tono de una escena o una historia en general. En muchas obras de terror, este elemento oculta peligros desconocidos o hacer que los personajes se sientan vulnerables al limitar su visibilidad.

Por supuesto ha sido usadada como metáfora del olvido o de memoria borrosa, representando la pérdida de recuerdos o la incapacidad de ver con claridad el pasado, añadiendo la confusión, la melancolía o la sensación de estar perdido en la vida.

Así nos encontramos con obras como The Mist de Stephen King, una novela corta de terror escrita por el renombrado autor y que ha sido llevada al cine en varias ocasiones, The Woman in White de Wilkie Collins, una novela gótica del siglo XIX. Presenta una misteriosa figura vestida de blanco que aparece en medio de la niebla, lo que desencadena una serie de eventos intrigantes y oscuros o The Fog de James Herbert, de nuevo una novela de terror que utiliza la niebla como elemento central de la trama. La niebla en esta historia tiene un efecto aterrador en las personas y desencadena una serie de eventos sobrenaturales.

En España tenemos "Niebla" de Miguel de Unamuno, un relato corto del escritor español publicado en 1914. Narra la historia de Augusto Pérez, un joven rico licenciado en Derecho, hijo único de una madre viuda y sus problemas de amoríos y existenciales. La niebla en esta obra sirve como un elemento que contribuye a la sensación de confusión y absurdo en la vida de los personajes.

En cine podemos encontrar la niebla como elemento que añade suspense y terror. Bien conocidas son la película de 1980 dirigida por el maestro del terror John Carpeter titulada The Fog en la que posteriormente se hizo un remake en 2005 y en el que el propio Carpenter fue productor, o The Mist basada en la novela de Stephen King.

Otras obras llevadas al cine como pueden ser Mary Reilly, basada en la novela de El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide o Desde el Infierno, narrando la historia de Jack el Destripador, todas ellas ambientadas en Londres, usan esta fenómeno meteorológico para ocultar en la sombra a sus protagonistas, creando un sentido de misterio en la historia, incluso introduce elementos fantásticos o misteriosos en la trama.