La silvicultura (del latín silva, selva o bosque, y cultura, cultivo) es la ciencia destinada a la formación y cultivo de bosques. Forman parte de su campo la capacidad de crear o conservar un bosque, y la teoría y la práctica de regular el establecimiento de una masa arbórea, su composición y desarrollo.

El progreso no consiste en mejorar lo que es, sino en avanzar hacia lo que será

Khalil Gibran

En todo el mundo, unos 300 millones de hectáreas de plantaciones forestales y 900 millones de hectáreas de bosques naturales se utilizan para la producción de madera. Combinados, suministran casi dos mil millones de metros cúbicos de madera industrial (por ejemplo, para la construcción, el papel y el embalaje) y otros dos mil millones de metros cúbicos de leña para calefacción y cocina domésticas. El valor económico de la madera industrial es del orden de 150.000 millones de libras, mientras que la leña, aunque de menor valor monetario, es una fuente vital de energía para los hogares de los países en desarrollo.

Silvicultura de precisión

Se calcula que el 76% de los bosques del mundo son de propiedad pública. A diferencia de otras formas de agricultura, la silvicultura se ha adaptado con relativa lentitud a las nuevas tecnologías. Además, muchos bosques -desde las plantaciones de eucalipto en Sudamérica hasta los bosques naturales gestionados en Europa y Norteamérica- se encuentran en terrenos remotos y escarpados, lo que plantea sus propios retos. Dado que la silvicultura de precisión es una metodología relativamente nueva, no hay muchos ejemplos que puedan servir de modelo a otros.

Sin embargo, otras industrias han progresado; por ejemplo, las de la pasta de papel, el papel y el transporte han adoptado tecnologías sofisticadas para aumentar su eficiencia.

La silvicultura de precisión tiene una serie de conceptos básicos que la distinguen de su forma más tradicional:

  1. Se fomenta la diversidad de especies mediante el uso de plantones criados selectivamente y cultivados en condiciones estrictamente controladas.
  2. Uso de fertilizantes específicos para cada lugar, basados en análisis específicos de las deficiencias de nutrientes del suelo.
  3. Mantenimiento de un inventario digital detallado de la zona mediante una combinación de tecnologías que incluye drones, detección y alcance de luz (lidar), escaneado en el bosque y teléfonos móviles.
  4. Tala y transporte mecanizados de los árboles, integrados digitalmente con la logística posterior y los sistemas de gestión de la cadena de suministro.
  5. Uso de satélites y drones para proporcionar una alerta temprana de incendios forestales, junto con la respuesta inmediata coordinada y planificada de forma centralizada.

Tecnología de corte a medida

Anteriormente, la tala de árboles la realizaba un operario con una motosierra que tomaba decisiones in situ,  sobre las clases de troncos que debía obtener de cada árbol basándose en la experiencia y en directrices estimadas. Después de talar un árbol, los operarios utilizaban arrastradores de ruedas o sistemas de cable para arrastrar los árboles hasta el arcén y luego los aserraban en troncos. Los operarios solían llevar a cabo el peligroso proceso conocido como "desramado", en el que trepaban por encima de montones de troncos talados y escombros para fijar las cadenas a los árboles, enfrentándose al riesgo constante de que los troncos se desbocaran.

Con la nueva tecnología de corte a medida (CTL), desarrollada en Escandinavia en los últimos 20 años, un solo vehículo "cosechador" tala los árboles y los convierte en troncos en un solo proceso. A continuación, se utiliza un "autocargador" para transportar los troncos de forma segura hasta la carretera, listos para su transporte. Los programas informáticos controlan constantemente los sensores de las cosechadoras para gestionar la calidad de los troncos que se producen durante el proceso. Junto con la tecnología GPS y los sistemas de gestión del combustible, se puede realizar un análisis en tiempo real del progreso de la tala en cualquier momento.

LÍDAR y gestión del agua

Las imágenes tridimensionales producidas por esta tecnología de escaneado láser se utilizan cada vez más para producir modelos de flujo de agua para una ubicación específica y calcular estimaciones del inventario de madera en pie (como árboles por hectárea, alturas de los árboles y diámetros de los troncos). Esto, a su vez, permite optimizar la ubicación de nuevas carreteras para aumentar la eficiencia del combustible y reducir el impacto en el medio ambiente en general. Cuando se combinan con tecnologías de imagen térmica basadas en drones, se puede identificar rápidamente la ubicación de posibles brotes de plagas y enfermedades, incluso en los lugares más remotos.

El floreciente uso de aplicaciones informáticas en el sector forestal también permite integraciones con API meteorológicas. Estas proporcionan información valiosa que puede aportar matices sobre las condiciones meteorológicas históricas, actuales y futuras del bosque, en cualquier parte del mundo. Por ejemplo, las alertas meteorológicas globales de OpenWeather pueden avisar con antelación de temperaturas o precipitaciones superiores a la media para ayudar a mitigar incendios forestales destructivos o inundaciones repentinas. 

Silvicultura climáticamente inteligente

Los bosques son el depósito de carbono más importante para mitigar el cambio climático. Sin embargo, debido al aumento global de las temperaturas, los bosques y otras zonas arboladas son cada vez más susceptibles de sufrir incendios forestales. Estos incendios liberan carbono a la atmósfera, exacerbando los efectos del cambio climático. Además de la destrucción que provocan los incendios, las variaciones en los patrones meteorológicos que trae consigo el cambio climático también favorecen la aparición de plagas destructoras de los bosques , como el escarabajo de la corteza. Un estudio reciente calcula que los daños combinados provocados por los incendios forestales y los escarabajos de la corteza supondrán aproximadamente un millón de metros cúbicos de madera al año, es decir, la superficie de 7.000 campos de fútbol. Esta pérdida compensaría los proyectos de sumideros de carbono destinados a aumentar la forestación mundial.

La silvicultura climáticamente inteligente refleja en muchos aspectos los objetivos de la silvicultura de precisión al utilizar estrategias específicas para cada zona que tienen en cuenta el tiempo, el clima, la situación geográfica, la composición del suelo, etc. de la región. Su objetivo es restaurar la salud, la biodiversidad y la resistencia de los bosques mediante una gestión forestal adaptativa. Sin embargo, también tiene en cuenta factores más amplios, como la forma en que la madera y otros productos forestales se utilizan en la sociedad, fomentando los principios de reciclaje y reutilización propugnados por el modelo de economía circular del que hablamos en nuestro artículo anterior. La CSF está representada por una red de investigación que analiza los retos comunes a los que se enfrentan los bosques en Europa, Escandinavia y Rusia, sugiriendo opciones de financiación y tecnológicas que pueden adoptarse.